He tenido relaciones de todos los colores. He estado con hombres mucho mayores que yo y también mucho más jóvenes. He sido esposa, amante, pareja, novia, follamiga, o affaire, un simple rollo. Pero siempre me ha faltado algo. Siempre he sentido que tenía que haber algo más. Creía que era porque nunca me había enamorado al estilo de esas historias de "y comieron perdices". Las mías siempre han sido más de "terminar como dos por tres calles". La mayoría de las relaciones que he tenido, yo misma las he dinamitado. He mangoneado a los hombres con los que he estado y he terminado por una cosa o por otra aburriéndome. Me faltaba sexo, o me faltaba nivel intelectual, o me faltaba diversión, o me faltaba seriedad, siempre me faltaba algo, y no sabía lo que podía ser. Estaba claro que el problema era yo, no eran los demás, es que yo necesitaba algo diferente.
Esta sensación me llevó durante mucho tiempo, a dejar de lado mi feminidad, y mi sexualidad, incluso dejar aparcadas mis necesidades emocionales. Me había dedicado a llenar mis días de actividades, para que la falta de tiempo, no me dejara pensar en todas las carencias que estaban en mi. Yo misma le di al botón de apagado.
En ese dejarse llevar, y buscar "un entretenimiento" estaba hace tres meses, pero además en un momento en el que mi autoestima estaba por los suelos, en el que me sentía vacía, triste, aburrida de la vida. Así me sentía en Navidad, cuando el aburrimiento me llevó a activar una cuenta en una red social en la que básicamente se buscan contactos. Tenía muchos prejuicios al respecto, por lo que me dedicaba a ser espectadora más que otra cosa. Así fue como mi Amo llegó a mi vida. Yo siempre creeré que hubo una concatenación de casualidades que se aliaron a mi favor, para que tuviera mucha suerte.
En ese dejarse llevar, y buscar "un entretenimiento" estaba hace tres meses, pero además en un momento en el que mi autoestima estaba por los suelos, en el que me sentía vacía, triste, aburrida de la vida. Así me sentía en Navidad, cuando el aburrimiento me llevó a activar una cuenta en una red social en la que básicamente se buscan contactos. Tenía muchos prejuicios al respecto, por lo que me dedicaba a ser espectadora más que otra cosa. Así fue como mi Amo llegó a mi vida. Yo siempre creeré que hubo una concatenación de casualidades que se aliaron a mi favor, para que tuviera mucha suerte.
Una mañana me tuve que quedar en casa, era martes, 13 de enero. Siempre me gustó esa fecha, eso de martes y 13, y desde ahora mucho más. Por casualidad,aunque mi Amo dice que no existen las casualidades, abrí mi perfil en esta red, y entre los mensajes que había y que solía leer, pero la verdad no contestar, había uno, que aún no sé porqué contesté. Creo que mi subconsciente fue más listo que mi consciente y supo ver que a aquel hombre tenía que contestarle. Lo hice, un saludo intrascendente y "zas" ahí había una respuesta. Cruzamos algunas preguntas y respuestas genéricas. Me preguntó si tenía pareja, hijos, etc., y hablamos al respecto. No tenía nada. Sólo le hablé de un sobrino, que "era el hombre de mi vida" y entonces me dijo en su respuesta, como siempre sin comillas, sin jajajaja, sin nada que mitigara lo que decía: el hombre de tu vida soy yo.
Me pareció literalmente una chulería, aunque me hizo cierta gracia. Lo que yo no podía imaginar, es que tenía razón. No sé de verdad si él ya lo sabía o no, porque me parece imposible que pudiera saberlo. Aunque durante este tiempo, ha habido tantas cosas que creía imposibles y ahora veo normales, que la verdad, no lo sé. Lo que sí sé es que tardé muy poco en sentir que efectivamente, era el hombre de mi vida.
Llevábamos 10 minutos escasos chateando cuando dijo que quería que habláramos, pero que no quería mi número de teléfono, que lo haríamos por alguno de los sistemas que hoy existen, en los que no es necesario un número. Mi Amo siempre me dice que los verdaderos amos nunca piden el número. Se establecen sistemas privados y particulares para comunicarse. Si él lo dice, para mi es una verdad absoluta. Así, de esta manera, yo que no tenía ningún programa de estos, ninguna aplicación, me vi obedeciéndole y bajándomela, porque aunque me parecía una locura, de alguna manera algo en mí, me decía que adelante.
Llevábamos 10 minutos escasos chateando cuando dijo que quería que habláramos, pero que no quería mi número de teléfono, que lo haríamos por alguno de los sistemas que hoy existen, en los que no es necesario un número. Mi Amo siempre me dice que los verdaderos amos nunca piden el número. Se establecen sistemas privados y particulares para comunicarse. Si él lo dice, para mi es una verdad absoluta. Así, de esta manera, yo que no tenía ningún programa de estos, ninguna aplicación, me vi obedeciéndole y bajándomela, porque aunque me parecía una locura, de alguna manera algo en mí, me decía que adelante.
Aquella primera conversación duró dos horas. Hablamos de lo divino y lo humano, de política, de economía, de la universidad, de otros lugares, de deporte... La verdad es que lo que recuerdo no es lo que dije, ni me dijo, lo que recuerdo es lo que sentía cuando lo oía. Recuerdo cómo su voz se iba metiendo dentro de mi. Tenía un tono autoritario y dulce a la vez. Me hacía sentirme muy nerviosa, muy "como una niña pequeña" (eso me sigue pasando), pero no quería dejar de hablar con él. Vuelvo a repetirlo mi consciente no se daba o no se quería dar cuenta, pero mi lado emocional ya lo sabía. Realmente había encontrado, o él me había encontrado a mi, no le tengo claro, al hombre de mi vida. Dicho así puede parecer que estoy contando una novela rosa, pero yo no estoy hablando de enamoramiento. No quiero que se me pueda malinterpretar. Es diferente. Es algo que trasciende la idea romántica de encontrar a alguien. Creo que sólo quién haya tenido esta sensación puede saber realmente de qué hablo. Había aparecido mi faro. Había encontrado la guía para llegar a mi Norte.
Estaba totalmente perdida, abandonada, había perdido la pasión, las ganas incluso de vivir, me sentía fuera de todo, y me había convertido en un vegetal. Pero tuve la suerte de que ese 13 de enero, apareciera mi Amo. Si yo tuviera que explicar hoy qué es un amo, desde mi experiencia esto es lo que diría. Mi Amo es mi guía, es mi motivación para todo, está sacando mi mejor versión. Estamos trabajando mucho en ello. Yo quiero hacerlo por mi, pero sobre todo por complacerlo a él. No hay nada que me llene más que cuando está contento conmigo. Mi Amo está dedicándome mucho tiempo y siendo muy paciente, por eso necesito complacerlo en todo lo que me pida. Adiestrar a una sumisa, partiendo de la nada, y además cuando esta no sabe de nada, no debe ser nada fácil. Aunque en mi caso, y por lo que he leído, porque no conozco a nadie, lo que está haciendo mi Amo conmigo, y de lo que ya hablaré, es mucho más que un adiestramiento. Por ello y por muchas cosas que iré compartiendo, sólo me cabe decirle a mi Amo: gracias Señor, no te decepcionaré.
Shakti
No hay comentarios:
Publicar un comentario