Aún no he estado con mi Amo. Aún no he tenido una sesión con mi Amo. Y a veces me parece que nunca pasará, porque creo que algo ocurrirá y finalmente no podré estar con él. Todavía no sé exactamente cómo es una sesión. He leído, mi Amo me ha contado, pero una cosa es la teoría y otra la práctica. Eso me genera una sensación de expectación muy por encima de lo que pudiera parecer, que viene de la mezcla del deseo por saber y comprobar, que se entremezcla con cierto miedo a lo desconocido y sobre todo a defraudar en ese plano a mi Amo. Esta sensación por momentos me provoca mucha ansiedad, porque simplemente quiero estar a la altura de lo que mi Amo quiera, de lo que desee, de lo que necesite. Pensar que lo pueda defraudar, y que sirva de motivo para que me deje, y vuelva a encontrarme en la obscuridad, sencilla y llanamente me hace entrar en estado de pánico. Eso hace que por un lado esté deseando con todas mis fuerzas que llegue ese momento, que espero que sea muy pronto, pero a la vez lo temo, por si pudiera significar un final para el que no estoy preparada.
Además de este desasosiego que por momentos hace que me falte hasta el aire para respirar, mi sinvivir se ve incrementado por un deseo hasta ahora desconocido para mí. Leyéndome se podría pensar que simplemente tengo un calentón tremendo porque llevo tres meses teniendo relaciones virtuales más o menos frecuentes con un hombre, y que mi cuerpo necesita algo más que consagrarse al onanismo. De eso habrá algo, no lo voy a negar, porque soy humana, pero he estado meses y meses sin sexo de ningún tipo y no lo he necesitado, así que es mucho más que eso. Cuando yo hablo del deseo que siento por mi Amo, trasciende el plano meramente sexual, aunque también tengo que reconocer que sólo oír su voz, sentir su respiración a través del teléfono me provoca un nivel de excitación tal que hace que mis entrañas se retuerzan de deseo y que desde lo más hondo de mi sexo, sienta tales punzonazos de excitación que hacen que me provoque hasta dolor. Pero el deseo que siento por mi Amo, es algo mucho más que eso.
El estar con él es algo que trasciende a todo lo que he sentido en mi vida, a todo lo que he deseado, porque aquí se mezcla un componente hasta ahora desconocido para mi, y es mi sumisión. Es el saberme propiedad de mi Amo. Es querer que de alguna manera esa entrega que es totalmente emocional, psíquica, espiritual, sea también física. Quiero que mi Amo se adueñe de mi cuerpo, lo posea, haga con él lo que quiera, y lo disfrute. Necesito que mi Amo disfrute, tenga placer conmigo. Eso me preocupa, me asusta. Yo sólo necesito que me mire, que respire cerca de mí, que me mire como él sólo sabe hacer, para conseguir incluso llegar al orgasmo, y si ya me roza, simplemente me deshago.
Cuando ocurra, porque espero que suceda, y me gustaría que fuera pronto, lo compartiré, igual que estoy compartiendo el resto de todo lo que estoy viviendo y sintiendo, y espero poder trasladar que todos mis miedos han desaparecido o que eran infundados. Si no fuera así, al menos, el miedo y la incertidumbre por no ser suficiente desaparecería, aunque no quiero ni pensar en lo que llegaría.
Mi Señor, te necesito, como no he necesitado nada en esta vida. Espero estar a la altura, Señor. Esto es lo que más deseo en el mundo, no defraudarte, ni decepcionarte.
Shakti
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