En este último mes he pasado por los diferentes estadios que existen dentro de la desesperación. El dolor ha estado a punto de volverme loca. Y lo digo ahora desde la tranquilidad, el sosiego y la "no locura".
El sentimiento de abandono, de soledad, de quedarme sin la razón de mi existencia, es algo que no se puede explicar, es una de esas emociones que sólo viviéndolas se comprenden en toda su magnitud. Cualquier cosa que diga haría que el vacío existencial que he vivido la semana larga en la que mi Amo me apartó del todo, trivializara todo lo que he sentido y he experimentado. Sólo voy a decir que es algo que no se lo deseo a nadie. No puedes escapar de tu interior, no puedes dejar de hablar contigo misma intentando analizarlo todo y además todo lo tienes que vivir con una sonrisa pintada en la cara, y en tu día a día, en el mío, en el que nadie conoce a Shakti, por lo que había que seguir con esa sonrisa de dolor, sin poder gritar que te has muerto por dentro. Aunque tengo que reconocer que algunas personas me han demostrado que sí miran a los ojos, porque han sabido ver que en ellos, pese a lo que dijeran mis palabras, sólo había un dolor infinito, y una tristeza inmensa.
Así descrito, puede parecer el desvarío de una adolescente que sufre su primera ruptura. No digo yo que no, porque en esa época de la vida todo se siente con tremendismo, pero la diferencia, es que entonces aún no sabes, y todo es muy histriónico, pero como las olas del mar, que se va y se viene. Cuando ya eres una persona adulta, madura, y has vivido experiencias de varios colores y sabores, juegas con la baza del conocimiento, lo que hace que seas realmente consciente de lo que dices, de lo que sientes, de lo que pierdes. Ahora decir me muero de dolor, o siento una pena infinita, tiene un significado mucho más profundo, más real, porque tu experiencia vital es mucho mayor. La dimensión es diferente.
En este último mes he pasado por todos los estadios de la desesperación, y tengo que reconocer que en el llanto he encontrado mucho alivio y autoconsuelo. De hecho la enfermedad que tengo estos días, creo que ha sido la respuesta física de mi cuerpo a todo lo que estaba viviendo mi alma y mi mente, porque cada vez tengo más claro que van de la mano, y si uno está bien, ambos lo están, y si uno está mal, todo se va al traste.
Este mes además me ha servido pese a que cada día mi Amo estuviera más lejos de mí, para que yo me sintiera más cerca de él. Parezco una loca diciendo esto y hablando así, pero no.
La entrega absoluta es un concepto que primero hay que comprender y no rechazar, ni de cuerpo, ni de mente, luego hay que aceptarlo y sentirlo, y finalmente interiorizarlo. Cuando ocurre es increíble, es una sensación de las más fuertes que se pueden experimentar y yo la he experimentado en este septiembre que va a terminar. Mi Señor se enfadaba cada vez más conmigo por mis incumplimientos, que jamás han sido premeditados o fruto del poco interés o la vagancia, y mi alma y hasta mi propio cuerpo, abría puertas dentro de lo que es la sumisión que ni siquiera sabía que pudieran existir. Tod@ sumis@ o tod@ esvlav@ dicen mi Amo es todo, yo también lo he dicho antes, pero el nivel de interiorización de esta expresión, ahora es infinitamente diferente. Ahora sí me ha trascendido. Ahora sí siento, comprendo y asumo, lo que es la entrega absoluta, que además siempre he sabido que será sólo a mi Amo, a mi Señor. Todo es difícil de explicar, pero cuando lo sientes, todo es tan fácil y tan claro... Estoy segura de que aquellas personas que la han sentido entienden perfectamente mis palabras. de hecho sé que son las únicas que pueden entender lo que estoy diciendo.
Este mes también me ha hecho mucho más humilde. Cada día valoro más y más los minutos que me dedique mi Amo. Aunque siento un dolor infinito por haber perdido aquella comunicación que durante meses tuvimos. Me sentía tan arropada, tan protegida, tan segura, mi Señor siempre estaba ahí... era tonta y no era consciente en toda su envergadura, de lo afortunada que era. Me sentía muy feliz, pero no era consciente de que podía terminar y de lo que eso podría llegar a doler. Vivía el momento, en mi nube, mirando a mi ombligo y sin ser consciente de nada. A veces pienso, qué pena que mi Amo depositara su confianza en aquella inconsciente, y ahora no confíe nada en mí, pero claro, si no lo hubiera hecho, no estaríamos aquí. Tengo una sensación rara porque me veo a mi misma en febrero, en marzo, en abril... y veo a otra persona. La verdad es que era el embrión de Shakti, cierto es, pero aún no pasaba del estado de larva.
En definitiva y para no alargar más esta reflexión, septiembre ha sido un mes muy duro, mucho, pero en el que he aprendido y entendido muchas cosas. A fuerza de puras hostias, como dice siempre mi Amo, pero lo que he aprendido ya no lo puedo, ni lo quiero olvidar. Sólo lo quiero poner en valor, sirviendo de mejor manera a mi Señor, y recuperando definitivamente su confianza.
Con el Otoño finaliza un horrible verano, y para mí comienza una nueva estación llena de ilusión. Señor cuando se tiene claro, una es suficiente,
Tu Shakti
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