Sé que lo sensato sería apartarme y decir, hasta aquí hemos llegado, si eso es lo que tú quieres Señor. Pero de alguna manera, siento que tengo que seguir luchando, que tengo que seguir intentándolo, mi Amo. Son muchas las enseñanzas en estos ocho meses largos, pero si hay algo que he interiorizado como esencia de mi existencia es levantarme después de caer. Y eso es lo que hago una y otra vez con respecto a ti, Señor, y eso es lo que estoy volviendo a hacer otra vez.
No quiero parecer teatrera, ni peliculera Señor. Ni una loca compulsiva que es incapaz de aceptar que simplemente una historia ha terminado. Todo es es mucho más profundo y tienes muchas más connotaciones. Nunca los grises tuvieron tanto peso, tanto que han hecho que el blanco y el negro desaparezcan, Señor. No quiero parecer trivial hablando de dolor, aunque realmente es insoportable y en algunos momentos me siento superada. No sabía que se pudiera aguantar tanto dolor. Todo está encerrado dentro de mí, porque además no puedo compartirlo con nadie que no seas tú, y no debo hacerlo.
Sé que tengo que ser fuerte, y asumir cómo son las cosas, pero mi Amo, no puedo renunciar a volver a ser tu esclava. Has sido tajante, lo sé. Pero soy como el reo que está esperando a que se cumpla su sentencia, y pese a estar viendo cómo construyen el patíbulo en el que será ahorcado, sigue agarrándose a la vida, esperando que llegue esa noticia que cambie la sentencia, y aunque no sea declarado libre, al menos, se cambie a cadena perpetua.
Espero poder Señor, con esta comparación explicar lo que siento. Yo también me agarro a la vida como ese condenado a muerte. Pero para mí la vida eres tú, mi Amo, y seguiré intentando por todos los medios que recuperes la confianza en mí, aunque sea sólo un poco, Señor. Me has mostrado lo que soy, quién soy, y ya no puedo cambiarlo. Sólo soy Shakti, la esclava de mi Amo, y ya no puedo ser otra cosa.
Sólo puedo decir que siempre he intentado y sigo haciéndolo, llegar a lo que me pides, agradarte, hacer las cosas lo mejor posible. Está claro que el resultado no ha sido el esperado. Sólo te pido que no veas por favor, desinterés, apatía o vagancia en mis acciones, Señor. Ahora repasando nuestras conversaciones, y mis compromisos, me doy cuenta de que mi propia ansiedad por agradarte, me ha llevado al fracaso. Señor yo no importo, lo sé, pero necesito darte, hacerte.
No te puedo pedir que empieces desde cero, pero me atrevo, desde el mayor respeto y con la mayor humildad a pedirte que no me desahucies del todo, Señor. Permíteme que te demuestre que no has perdido tu tiempo, que no te equivocaste, que puedo ser la esclava que tú viste que era, antes ni tan siquiera de que yo pudiera imaginarlo, mi Amo.
Yo renuevo mis votos hacia ti, Señor. Soy tu novicia. Entregarme a ti en cuerpo y alma es lo único que quiero hacer. No veas en mí ese ser mezquino y egoísta que describiste en nuestra última conversación. Si un día lo fui, hoy desde luego Señor, tú eso lo has cambiado.
No puedo cambiar lo que he hecho mal, pero sí puedo prometer que he aprendido la lección, y que nunca he actuado con mala fe. He hecho Señor, he actuado, eso es lo que me enseñaste, y así lo he ido haciendo, aunque los resultados no son lo que yo pretendía.
Lo que sí te tengo que decir es que voy a seguir intentándolo. No voy a tirar la toalla. Pelear por lo que quiero, y darlo todo como si no hubiera un mañana. Eso lo he interiorizado mi Amo. No soy tan mala alumna como parezco, Señor. Y sólo con mis actos podré demostrarlo. Déjame que lo haga Señor. Que sientas, al menos, que no has perdido tu tiempo.
Ahora y siempre tuya, Shakti.
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