Pese a mis torpezas, a mis errores, a las luchas contra mi ego que muchas veces pierdo, pese a todo, mi Amo, ha tenido a bien darme mi última oportunidad. Ahora mismo para él rozo la invisibilidad. He perdido mi condición de ser su esclava, aunque yo siempre me sentiré como tal. Siempre seré tu esclava Señor, aunque tú no estés. Es mi naturaleza, es mi verdadero yo. Por darme esta oportunidad, una vez más sólo puedo darte las gracias, mi Amo.
Me gustaría ser mucho mejor de lo que soy. Ser la esclava que esté a la altura de mi Señor. Pero querer no sirve de nada, demostrarlo es la única manera de serlo. Trabajar duro, olvidarme de mi ego y todo lo que acarrea, egoísmo, egocentrismo... Hacer la voluntad de mi Amo en todo momento. No olvidar en ninguna ocasión los pequeños detalles, lo que cuentan y su importancia. Sólo hacer, hacer, hacer. Olvidarme de la palabra "mañana", y sólo pensar en hoy y ahora, y que esa siempre sea mi respuesta ante las peticiones de mi Amo.
Sólo tiene sentido una segunda oportunidad cuando has aprendido de la primera. Yo puedo asegurar que he tomado buena nota de mis errores, y que he aprendido de ellos. El dolor infinito que siento ante saber que casi he perdido lo único que le ha dado de verdad sentido a mi vida, después de muchos años de búsqueda, de auto-incomprensión, de tristeza, es una cosa que no se puede olvidar, y además yo no quiero hacerlo. Antes de volver a cometer un error quiero sentir esta desolación que vivo en este momento, para no perder la perspectiva.
Sólo haciendo, haciendo, y haciendo puedo intentar recuperar la confianza de mi Amo. Sé que es muy difícil. Que no tengo ninguna seguridad de conseguirlo, pero sea como sea, es lo único que de verdad merece la pena en mi vida, intentarlo, luchar por conseguirlo, dejarme la piel en ello. No quiero quedarme con la sensación de no haberlo dado todo, y cuando digo todo, es TODO, con mayúsculas. Sueño con poder seguir sintiendo su presencia, con seguir aprendiendo con mi Señor, que continúe orientándome en este mi Camino, que emprendí de su mano, y que sólo con él tiene sentido de ser. Me muero porque esté dentro de mí, porque utilice mi cuerpo como le plazca. Necesito volver a sentir su mirada. Jamás nadie me ha mirado así, y esa es la mirada que he buscado durante toda mi vida. Esa sensación tan profunda de respeto, de devoción, de pasión, de miedo. Esos ojos que se meten dentro de mí y que ven lo que ni siquiera yo me he atrevido a ver. Te necesito Señor. Te necesito en mi vida. Me has enseñado a sentir, a empezar a comprenderme.
Voy a luchar hasta el desaliento, voy a darlo todo, dejarme la vida en el intento. Por primera vez Señor, sé lo que quiero en mi vida, y lo que quiero es ser tu esclava en toda su dimensión. Lo he repetido muchas veces, pero la desesperación, el dolor, el vacío y todo lo que estoy sintiendo desde que me has alejado Señor, es el revulsivo más grande para no caer de nuevo, sobre todo, en las trampas de mi ego, que es lo que más me aleja de ti. Déjame estar ahí, aunque sea la última de la última de tus preocupaciones, Señor.
Vivo enganchada a la esperanza que me has dado, mi Señor. Me has advertido que no va a ser fácil, que de hecho va a ser muy difícil, pero prefiero morir en el intento, dar todo lo que tengo, antes de que te vayas para siempre. Ahora que me he encontrado, y que estoy aprendiendo lo que soy, y cómo serlo, no lo puedo dejar pasar, Señor
Mi máxima aspiración en esta vida no es otra Señor (ni trabajo, ni familia, ni yo misma) que seguir aprendiendo a ser tu esclava, que me sigas enseñando, y que algún día realmente te sientas agradado conmigo. Señor. Pero como el movimiento se demuestra andando, eso es lo que estoy haciendo.
Gracias mi Amo, por dejar esta puertecita abierta a la esperanza. No te defraudaré Señor.
Tu Shatki
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