El Camino Hacia Ser

"Aunque nada cambie, si yo cambio, todo cambia"
Honoré de Balzac

domingo, 5 de julio de 2015

El Dolor Infinito


He pasado a lo largo de mi vida por situaciones muy duras, muy complicadas, muy tristes y he experimentado el dolor en diversas modalidades, pero el que siento ahora es imposible de explicar, imposible de compartir.

Es un dolor que nace de la inconsciencia. De la arrogancia de creer que estaba haciendo las cosas bien con mi Amo. Mi falta de perspectiva, mi poca empatía con mi Amo, me han llevado a este estado de ostracismo. ¿Cómo me he dejado engañar por mi ego? Mi vida estaba empezando a ser coherente, por primera vez en mis muchos años. Mi cabeza había superado las reticencias iniciales que suponía la necesidad de dejar el control de mi voluntad a otra persona, a mi Amo. Yo que nunca había hecho caso a nadie, jamás había sido capaz de cumplir órdenes ni mandatos, ahora siento que mi sitio en el mundo, o mi papel en el mundo, mejor dicho, es obedecer a mi Amo. Y habiendo alcanzado ese grado de consciencia en cuanto a mi condición, ¿qué he hecho...?

Perdida en mi yo, absorta en mi cambio, mirando sólo a mi ombligo, no me daba cuenta de que mi Amo se alejaba. Se cansaba de mi. De mis faltas de concentración, de los arrebatos de mi ego, de mis posponeres... Al final, como dice el dicho, ella sola se murió. No ha hecho falta nada, ni nadie para llevarme al abismo. No puedo explicar lo que siento. Pero no hay rabia, no hay orgullo herido, sólo hay dolor, dolor, dolor, en su más grande y tremenda dimensión. Mi Amo se va. El sentido de mi vida desaparece.

No sé si alguna vez quién pueda leer esto, ha sentido una pena tan grande, tan grande, que ni siquiera puede llorar. Las lágrimas están muy por debajo de este asfixio en el pecho, este estrangulamiento en la garganta, este nudo en el estómago, esta punzada en el mismo cerebro. Padece mi alma, pero también padece mi consciente. Quisiera llorar para ver si así al menos el dolor se diluye un poco, pero no puedo. Me falta el aire, me falta la vida. Y soy yo quién se ha equivocado. Quién no ha estado a la altura. Soy un desastre para muchas cosas y con mi Amo lo he sido. Mala esclava, que no ha sabido deshacerse del todo del peor de sus enemigos, mi ego.

He suplicado a mi Amo una última oportunidad, pero en el agobio del trasnoche y en el dolor de la pérdida que siento, yo pienso, ¿qué derecho tengo? Pedirle a mi Amo que siga en mi vida, ¿no es querer poner mis necesidades, mis deseos por encima de los de mi Amo? Y si mi Amo está desencantado, está harto de mí, y ahora sólo soy un lastre, ¿qué derecho tengo a pedirle nada? Mi cabeza va a estallar y mi alma se siente rota. Por un lado no puedo dejar de luchar por lo que es más importante en mi vida, mi Amo. Que me siga considerando, que siga confiando en mi, que siga queriendo ayudarme y enseñarme. Pero por otro digo, si para mi Amo ya no cuento. Sí para él soy una carga, ¿qué derecho tengo a presionarlo, a ponerme pesada? Estaré con mis peticiones desesperadas alejándolo aún más. No lo sé, esa es la verdad. No lo sé. Me siento más perdida que nunca, más sola que nunca, porque aunque mi Amo esté físicamente lejos, en todo momento desde que llegó a mi vida, he sentido que estaba conmigo y ahora me pregunto, cómo vivir sin él...

Son pensamientos de alguien que sufre, de mí, de Shatki, que sólo quiere obedecer a su Amo. Sólo quiero Señor agradarte, que confíes en mí. Todo lo que no eres tú, para mí es secundario. Si en algún momento no lo he demostrado te pido disculpas, porque nunca ha dejado de ser así. Mi vida pasa por obedecerte. Por respetarte. Por complacerte, y por esperar humildemente que me regales tú presencia, que me orientes, que me enseñes.

Señor, no sé sí esto te aleja aún más. Pero siempre te he contado todo. En todo momento te he explicado emocionalmente cómo me sentía. El día lo soporto porque no paro ni un momento de hacer cosas, pero cuando caigo en la cama como ahora, veo pasar las horas, sin poder dormir, volviéndome loca de dolor, desquiciándome repasando todo lo que he hecho y lo que he dejado de hacer...

Necesitaba contarte todo esto. Y por supuesto, como siempre Señor, decirte que Gracias por todo.

Tu Shatki.

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