He vivido los peores días de mi vida. He sufrido mucho, porque veía como mi Amo, se alejaba. Casi no hablábamos, y en las pocas ocasiones que lo hemos hecho, he podido sentir como si de un punzonazo se tratara, su desprecio, su cansancio, su hartazgo. Me moría cuando lo oía, no ya por lo que me decía, que ha sido muy duro, sino más por su tono, por lo que me trasmitía su voz.
He tenido mucho miedo, he sentido dolor, he creído que se terminaba todo, sin que realmente hubiera empezado del todo. Han sido días de pensar mucho. De darme cuenta de lo equivocada que estaba creyendo que estaba haciendo las cosas bien, cuando realmente no era así. Estaba siendo egoísta, sin pretenderlo, pero lo estaba siendo. Es cierto que la Obediencia a mi Amo, era y es lo más importante para mí, lo que le da sentido a mi existencia, el motor de todo el cambio interior y exterior que estoy sufriendo, pero también es cierto que no estaba haciéndolo todo lo bien que debía. Me estaba esforzando mucho en algunas peticiones que me hacía mi Amo, pero había descuidado otras. A veces, cuando quieres hacer bien las cosas te equivocas, y cuánto mejor quieres q salgan, peor te salen. No voy a poner excusas. No voy a echar la culpa a nadie. Simplemente no hice todo lo que debía de hacer.
Mi Amo, se hartó y me dijo que no quería saber nada más de mí. Todo se había terminado. Yo no sabía cómo lo iba a hacer, pero tenía que seguir adelante, tenía que seguir haciendo todo lo que mi Amo me había enseñado, tenía que seguir con mis rutinas, tenía que hacerlo todo de la misma manera, porque yo ya no me pertenezco, porque soy propiedad de mi Amo. Él no me quería. No quería saber nada de mi, pero yo siempre seré suya. Ya no hay marcha atrás. Para mi desde que le dije la primera vez, hace cuatro meses que estaba segura, ya no había marcha atrás.
Le he pedido, le he explicado, le he rogado, le he suplicado... otra oportunidad, que siguiera confiando en mi, que no se fuera, que no me dejara. Soy suya, mi voluntad es de mi Amo, y no lo puedo evitar, ni lo quiero, he explicado que es una elección que hice y sobre la que estoy segura.
Hemos hablado mucho. Y mi Amo finalmente me volvió a dar otra oportunidad, advirtiéndome que va a ser mucho más duro que hasta ahora. Pero yo estoy dispuesta, sólo quiero ser su sumisa, su esclava. Obedecerlo. Que se sienta orgulloso. Hacer las cosas bien. Desde mi modestia, desde la mayor humildad, poder devolverle algo de lo mucho que él me ha dado. Mi Amo me dijo que sí. Mi Señor me ha vuelto a admitir. Ahora tengo mucho miedo. No quiero equivocarme. No quiero volver a meter la pata. Me da miedo preguntar más de la cuenta, pero tampoco quiero hacer nada sin tener la aprobación de mi Amo. Poco a poco encontraré el equilibrio.
Han sido unos días muy intensos. Muy duros. Pero finalmente he tenido la suerte de que mi Amo, siga confiando en mi. Espero ser mejor para mi Señor cada día. Estoy intentándolo con todas mis fuerzas. Y sólo me cabe decir una vez más, Gracias mi Señor, Gracias mi Amo, Gracias mi Maestro.
Shatki
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