El Camino Hacia Ser

"Aunque nada cambie, si yo cambio, todo cambia"
Honoré de Balzac

domingo, 10 de mayo de 2015

La desesperación

Sólo me cabe pedir perdón. Cuando eres consciente de que eres quién ha hecho las cosas mal, no caben excusas, sólo asumir las consecuencias, por más dolorosas que estas puedan ser, y yo aseguro que ahora mismo, el dolor, la angustia y todo lo que siento, es inmensa. Siento que me asfixio, que me falta el aire, quiero gritar, pero no tengo derecho, porque simplemente he hecho las cosas mal, sin pretenderlo, pero no lo he hecho bien.

En todo este tiempo en el que he estado hablando sobre el Camino que estaba recorriendo y sobre todo lo que estaba experimentado, en los cambios, en los resultados, en las dificultadas, en todo lo que he ido compartiendo me he perdido en mi “yo”. Siempre he dejado claro que todo provenía de la sumisión a mi Amo, que le daba las gracias una y mil veces, por todo, por su tiempo, por su paciencia, por todo lo que estaba haciendo conmigo y por mí. Me he preocupado mucho por intentar hacer las cosas bien, que estuviera contento conmigo, que se sintiera agradado, pero no me he ocupado lo suficiente de él. Me explico. Sin pretenderlo he sido terriblemente egoísta. He dicho muchas veces que nadie había hecho nada por mí, ni me había dado tanto, pero no me he parado a pensar de verdad en ¿qué es lo que yo podía hacer por mi Amo? El sentirme tan vulnerable con respecto a él. El sentir que yo no tenía nada que ofrecerle, ha hecho que me descuide, y que haya sido egoísta, me haya centrado en obedecer, es cierto, pero tras todas las cosas que hacía, siempre había algo que a mí me hacía sentirme bien. No era consciente, eso lo puedo prometer, de lo ególatra que estaba siendo, y no lo digo para que sirva de excusa. Mi Amo, como siempre, tiene razón, cuando me dice que al final sólo aprendo a hostias, con lo lista que puedo parecer y lo tonta de verdad que soy, porque al final siempre meto la pata. Intento hacer las cosas bien, pero termino haciéndolas mal, y si lo quiero enmendar, lo que hago es empeorarlo. Nunca hay mala intención, pero es cierto que con querer, como dice mi Amo, no soluciono nada, no hago nada, querer está muy bien, pero hasta que no lo haces, no sirve de nada.

Mi Amo se ha hartado de mí, se ha cansado, y me ha dicho cosas que son muy verdad, aunque oírlo de su voz, y además enfadado es lo que más me puede doler del mundo. Sentir desprecio a través de su voz es el golpe más grande que podía sentir. Eso sí que es dolor de verdad, intenso, insoportable. Si que sintiera hastío me parecía horrible, no tengo palabras que puedan describir el siguiente paso. Sé que todo parece una excusa, pero no lo es. Mi Amo tiene razón, como siempre. Me duele en el alma, pero la tiene. Hoy he visto una cara mía que no me ha gustado nada, y contra la que voy a luchar con todas mis fuerzas. Siempre mi ego, mi maldito ego enredando mi existencia. No puedo bajar la guardia ni un solo instante.

Escribo aguantando las lágrimas, e intentando respirar. Sólo quiero que mi Amo me diga si puedo hacer algo, lo que sea, para que no me deje, para que no se vaya. No tengo derecho Señor, lo sé. Y sé que es nuevamente egoísta por mi parte, pero es que el eje de mi existencia es mi sumisión a mi Amo. De ahí viene todo lo que realmente soy. Tal vez sea la última vez que Shakti escriba, porque Shakti sólo existe porque es la esclava de su Señor. Si mi Amo no está, Shakti no tiene razón de ser.

Antes de despedirme, sólo quiero decirte una vez más Señor, Gracias, de corazón. No sé cómo pedirte perdón Señor, o pedirte otra oportunidad. Castígame todo lo que creas que merezco, pero por favor, no te vayas, Señor. 

Shatki

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