Este es un camino que pese a llevar ya más de tres años recorriendo sigo sin entender. Sigo sin saber casi nada, pero eso sí, confiando ciegamente en ti mi Amo y en todo lo que mi cuerpo y mi mente sienten contigo, por ti y gracias a ti...
Ese deseo interno, ese hambre voraz, esa necesidad de ti, de estar contigo, de que me tomes, de que juegues conmigo, de que mi cuerpo se retuerza entre tus manos. Necesito sentirte dentro de mí... necesito sentirme tuya... necesito ver tu placer estando conmigo, eso por sí sólo es capaz de provocar en mí el mayor de los orgasmos. Tus manos apretando mis caderas, clavando tus dedos con fuerza, mientras estás dentro de mí, mientras tus ojos me atraviesan... sintiendo tu placer, sintiéndome tuya hasta la médula, sabiendo que eres tú, sólo tú, nadie más que tú... mi Amo, mi Dueño, mi Maestro, mi Señor...
No es disfrutar del sexo, es disfrutar de ti, contigo. Me arden las entrañas, me quema el coño, el deseo me consume, me hace retorcer de ganas, cruzar mis piernas con fuerza, apretar mi entrepierna, mientras mis pezones endurecen con el sólo recuerdo de tu presencia, tu olor, tu tacto. Intento calmarme, auto complacerme... me masturbo, primero con delicadeza, intentando saborear sensaciones, pero mi desesperación crece, así que aumento la intensidad, mis dedos dentro de mí, buscando conseguir ese orgasmo que pueda traerme la tranquilidad... dar un poco de paz a mi alma, porque te busca con desesperación... lo intento, me toco, me acaricio, pellizco mi clítoris, jugueteo con mis pezones, que endurecen tanto que parece que vayan a reventar, y sigo buscando esa explosión que me libere... pero no llega mi Amo, no llega... lo intento y sigo tocándome, pero una idea taladra mi cerebro y se conecta a mi propio centro de placer... te necesito a ti, sólo tú puedes calmar esta sed... el resto, sólo sucedáneo, adormidera que me ayuda a contar el tiempo que falta para volver a estar a tu merced... eres tú, sólo tú... podría probar otras manos, otra boca, otra polla, pero no conseguiría más de lo que encuentro con mis propias manos, no dejaría de ser como una simple masturbación... el placer, la paz de mi alma, la calma de mis deseos, la tranquilidad de mis entrañas es sólo posible a través de ti, contigo, por ti.
¿Entendible? Probablemente no. Parece exageración, o ganas de agradar, pero no es lo uno ni lo otro, sólo quien lo ha sentido es capaz de comprenderlo en su justa medida. Querría que no fuera así, odio no ser más fuerte, o no saber ser más libre, más independiente... pero a la vez adoro sentirme tuya. Eres mi Amo, soy tuya, y necesito que calmes mi sed. No soy ni la única, ni la mejor, ni la nada, lo sé. Pero también sé que sólo tú eres, no hay ni habrá nadie más, esa es mi salvación, y a la vez mi condena.
Te espero, mi Amo.
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