El Camino Hacia Ser

"Aunque nada cambie, si yo cambio, todo cambia"
Honoré de Balzac

sábado, 19 de diciembre de 2015

Quiero más mi Amo


Me había dicho que vendría entre el miércoles y el viernes, pero que no me avisaría. Era viernes y eran ya más de las diez de la mañana, así que yo no esperaba verlo. Entre medio triste y medio resignada, me estaba preparando para mi jornada laboral. Por haber estado remoloneando por si Él venía, iba rezagada y estaba un poco agobiada, porque sé lo poco que le gusta que me retrase. Mi lencería era un conjunto trasparente gris azulado, muy sexi, con brillitos (mi Amo quiere que utilice ropa interior trasparente) y por supuesto las medias, nada de pantis. 

Había estado diez minutos poniendo crema en mi cuerpo, a la vez que lo masajeaba, porque es una de las rutinas que mi Amo me ha puesto. Así cada vez que paso mis dedos por cada centímetro de  mi piel, y me recreo en acariciarla, sólo puedo pensar en que desearía con toda mi alma que fuera la mano experta de mi Amo la que recorriera mi cuerpo. Tal vez algún día, si hago las cosas bien, podría suceder. Aunque por otro lado, y siguiendo las enseñanzas de mi Amo, no quiero pensar en ello. Sólo en el ahora, no me puedo angustiar deseando que suceda algo que no depende de mí. Será mi Amo el que decidirá lo que quiere hacer conmigo, si es que quiere hacer algo.

Estaba con mis medias, mis braguitas, mi sujetador, y cuando iba a vestirme oí el timbre. Pensé que sería el cartero, por la hora que era, es a la que suele venir. Me puse un albornoz, por no abrir la puerta de esa guisa. Abrí y casi me caigo de espaldas, allí estaba mi Dueño, con su gesto severo, recordándome que el porche no estaba como debía. Me arrodillé y así me quedé mientras mi Amo miraba y revisaba todo. La valoración no fue del todo buena, mi Amo no estaba muy contento con mi cumplimiento.

Después de informarme de  todo y de recordarme ciertas obligaciones, mi Amo me dejó que lo abrazara. Sentir sus brazos y su cuerpo pegado al mío, y poder de esa manera sentir su fuerza, su protección, es un regalo para mí. Me abrazo a él y me quedaría así, pero evidentemente, no puede ser. Después me pidió que me desnudara, y que me quedara sólo con las medias puestas. Me puso en la cama y sí, me azotó. Su cinturón cruzaba mi culo, y tras cada golpe, esperaba el momento en el que llegara su caricia. Cuando mi piel hierve, sentir la suavidad y el frío de sus manos mientras me acaricia, es una de las cosas que más me gustan y me excitan de este mundo.

Después se desnudó y me ordenó meterme en la cama. Mi Amo se metió conmigo. Estaba emocionada, excitada y a la vez asustada por si hacía algo que no le gustaba. Mi deseo en ese momento era infinito y cuando se subió encima de mí, creí que moría de placer. Sentir su peso sobre mi vientre y mis tetas, mientras su polla entraba al fin en mi coño, me estaba transportando. Sentir una bofetada cuando estaba a punto de correrme y que mi Amo me diera la orden para que lo hiciera en ese momento, me hizo sentir tanto que no pude evitar romper a llorar. Estaba en el momento y en el sitio y con la única persona que la que quería estar. Esa sensación es muy potente y particularmente no la experimento muy a menudo. Es una de las cosas en las que estoy trabajando. Pero en ese momento, sí fui feliz, sí me sentí plena.

Después seguimos follando. Pude mamar su polla despacio y rápido, y comerme sus huevos, hasta que me pidió que parara. Chupar sus pezones, lamer su espalda, sus costados... No puedo explicar todas las sensaciones que estaba sintiendo a la vez. Cuando decidió que ya era suficiente, me ordenó levantarme, lavarme, y vestirme. Después estuvo repasando mis pendientes y recordando las cosas que tenía que hacer y aún no había hecho y dejándome claro todo lo que tengo que hacer y todo lo que tengo conseguir para que vuelva. Mientras se preparaba para irse me ordenó que me pusiera de rodillas, y se fue, cerró la puerta tras de sí. Allí me quedé un rato, arrodillada, en silencio, sintiendo ese vacío y esa oscuridad que se apodera de mí cada vez que mi Amo se va. No puedo evitar temblar ante la idea de que no vuelva a verlo, de que no vuelva a sentirlo. Él se había marchado, no me había dicho adiós, y no me había dejado que me recargara de energía dándole un abrazo....

Cuando cerró la puerta llegaron los miedos. ¿Realmente soy una buena puta? ¿Soy el tipo de zorra que mi Amo quiere? Siempre que estamos juntos no puedo evitar tener esa sensación. Siempre quiero más, porque estar con mi Amo es lo que más deseo en el mundo. Me he vuelto a quedar sin saber lo que es besar a mi Amo... y no lo puedo evitar quiero más. Lo deseo con toda mi Alma. Sé que ahora pasará tiempo antes de que pueda volver a disfrutar de mi Dueño, tendré que esforzarme mucho, pero todo es poco, si la recompensa en Él. Soy su esclava. Shakti quiere que su Dueño la utilice, juegue con ella, la folle por todos sus agujeros. Quiere tener marcas en su cuerpo, quiere sentir las manos de su Amo dándole consuelo y agarrando su cuello hasta que parezca que va a perder el sentido. 

Mi Amo tu visita debería haber calmado mi hambre de ti, pero ha sido como despertar a una fiera que está encerrada en mi interior. Una vez más gracias.

3 comentarios:

  1. Defines perfectamente la mezcla de angustia, excitación y amor incondicional que es la sumisión. Enhorabuena por tu blog.

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  2. Muchas gracias por su comentario. Sólo pretendo trasladar las cosas cómo las siento. A veces es difícil poder explicarlas porque no pertenecen a la razón, pertenecen al mundo de las sensaciones, y emociones. jk

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  3. Klasse mit style und Sexappeal, prickeln mit gänsehaut.

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