El Camino Hacia Ser

"Aunque nada cambie, si yo cambio, todo cambia"
Honoré de Balzac

domingo, 31 de enero de 2016

El vacío de SU ausencia


Imagino que tod@s aquell@s esclav@s o sumis@s que me lean, compartirán conmigo la certeza de que nuestro mayor dolor, ese que te desgarra el alma, es el de la ausencia de tu Amo. El vacío que se siente en el alma te absorbe. Se convierte en una centrifugadora que te sacude desde el mismo centro de tu ser, se transforma en el ariete que te impulsa a la desesperación de tu alma. A la locura de tu cuerpo, que te aleja de la cordura y sensatez que te dan las enseñanzas de tu Maestro. Eso para mí es la ausencia de mi Amo. Algo que me duele y me desestabiliza como ninguna otra cosa.

Querría mostrarme aquí, hablando de superación, de felicidad, de crecimiento, pero abro la ventana del desconsuelo. Las dudas me asaltan, en cuanto a si soy o no una buena esclava. Desear el cobijo de la presencia de tu Amo y el calor de sus palabras, el consuelo de su guía, ¿no debe ser el mayor anhelo de aquell@s que entregamos nuestro cuerpo, nuestra mente, nuestra alma a esa persona que nos llena como no se pueden ni tan siquiera imaginar el resto de mortales? Estoy convencida de que debe de ser así. Pero por otro lado, ¿nuestro mayor goce debe ser complacer a nuestro Amo (siempre hablo en masculino porque es mi realidad), y acatar que si se muestra ausente, es porque existe alguna razón que no debemos ni mucho menos cuestionar, porque cuando te entregas, lo haces con todas las consecuencias, convencid@ de que tu Amo siempre velará por tu bienestar físico, psíquico y por supuesto moral y mental?

Entonces ¿cómo conjugar ambos sentimientos? Quiero comprender y quiero saber,  y sobre todo aprender a asumirlo, pero aquí y ahora confieso que aún me queda mucho para ello, porque lo que más me duele en este mundo es la ausencia de mi Amo, por mucho que sea consciente de que esa no presencia, se sustenta sobre la confianza de mi Dueño en que estoy creciendo y debo aprender a ser menos dependiente.

Pero esta situación que debería de tenerme feliz por haber superado una más que complicada prueba, sin embargo, me tiene muy confusa y además hace que esté anímicamente mal. Por eso me dirijo a ti, mi Amo, para explicarte lo que siento, para que me ayudes, me expliques, o para que me mandes a la porra.

Mi Amo, durante meses me he esforzado muchísimo, he sufrido en silencio todos mis castigos, tus enfados, consecuencia de mis meteduras de pata. Me he dejado la piel con la esperanza de volver a compartir contigo, de volver a sentirte cercano y a poder volver a vivir mi entrega contigo, como al principio. Nunca me había sentido importante para nadie, ni cuidada... bueno todas esas cosas que tú sabes que haces sentir, y que me devolvieron a la vida, cuando ya nada me importaba.

Después de los tres últimos meses que han sido realmente duros, al fin consigo hacer las cosas bien, o eso creía. Pero ahora siento que mi recompensa es peor que mis castigos, mi Amo. Te siento tan lejano, mi Dueño. Te echo mucho de menos. Hay cosas que te quiero decir, preguntar, comentar, pero van pasando... en vez de ir hacia adelante tengo la sensación de ir hacia atrás... a lo mejor esto es sólo el principio del final, y es un proceso lógico. Ese proceso del que tú siempre me hablabas. No lo sé mi Amo. Sólo sé que me siento mal. Que me da la sensación de que tú estás cada día un poquito más lejos. Aunque parezca un contrasentido, después de haber estado conmigo el otro día, es como si te hubieras ido a otro continente.

Si esto es estar en otro nivel, se supone más profundo y de mayor aprendizaje, mi Amo, necesito de tu magisterio. Ayúdame, porque no me siento bien. Estoy muy confundida, aunque con la misma clarividencia que siempre en mi alma, de querer seguir haciendo este camino de tu mano.

Siempre tuya, Shakti.

lunes, 25 de enero de 2016

Mi Amo, mi Maestro


Cada día supone una pequeña victoria, una batalla ganada, un pasito más en este camino, en el que como tú siempre dices mi Amo, voy poco a poco. Sigo luchando contra la procrastinación, e intento no posponer las cosas y mucho menos mis deberes. Sigo peleando con mi ego, que tan malas pasadas me ha jugado durante todo este tiempo, y que en ocasiones me ha hecho estar más lejos que cerca de ti. 

He aprendido a pedir ayuda, a pedir perdón, a reconocer que no puedo o que no sé, pero por supuesto mi Amo, no por ello rendirme. Sabes lo que soy mejor que nadie, y ser alguien que se rinda a la primera, o a la segunda, o a la tercera... no es algo que vaya conmigo, porque además en el horizonte, siempre está el poder continuar de tu mano, aprendiendo y creciendo. Así que caerse, y levantarse. Aprender de las equivocaciones. Pedir perdón por los errores. Mi Amo todo eso, no me hace débil, todo lo contrario, me hace fuerte, porque hace falta serlo para ponerme frente a ti y reconocer mis debilidades, aún a sabiendas de que eso podría alejarme de ti, porque tal vez de esta manera mostraba no estar a la altura de tus expectativas.

De esta manera, mi Amo, cada triunfo por pequeño que sea me acerca más a ti, a mi Dueño, a mi Señor, a mi todo, pero sobre todo, mi Maestro. Siempre pensé que esa palabra era especial, tal vez porque de alguna manera en mi interior sabía que eso es lo que quería, lo que buscaba, aunque mi consciente aún no lo supiera.
He aprendido tanto, te has convertido en mi faro, en mi guía

Al principio hacía todo lo que me pedías sólo porque quería agradarte. Pero ahora es mucho más que sólo agradarte. Siento de verdad lo que hago y lo he interiorizado. Hacer las cosas sólo por agradarte está bien, pero siento que no es suficiente. Me estoy transformando y ya no se trata de hacer las cosas sólo por agradarte, las hago porque es lo que soy. Es lo que quiero, es lo que elijo, es lo que decido. No por agradarte. Es porque ahora soy así. Puede que parezca un trabalenguas sin sentido. Pero es tal vez lo más profundo que he dicho en toda mi vida. Para mí es tan claro, es tan profundo. No sé si soy capaz de trasmitirlo con la fuerza con la que la siento.

Estos meses han sido muy difíciles. Te he sentido muy lejano. Me has ignorado. Me has rechazado. Me repudiaste. No has querido verme. Has sido más que severo. Has sido implacable. Me lo has puesto muy difícil. He sufrido muchísimo. He llorado. Me he sentido insignificante, pero pese a todo nunca he dejado de intentarlo, siempre he sabido lo que quería, y estaba muy por encima de mis miserias.


Hoy siento que he salido de esa espiral. Todo este camino recorrido me ha servido para hacerme fuerte, para hacerme humilde, para comprender muchas cosas, como el significado de la entrega total y absoluta, o la responsabilidad de la pertenencia a otra persona, basada en la libertad y en el amor, sí en el amor, y no hablo del sentimiento vainilla, sino de algo mucho más profundo y completo.

Aquí estoy mi Amo, a pocos días de volver a vernos, o eso espero. De ponerme frente a ti, y de por primera vez entregarme de verdad a mi Dueño y Señor. Digo por primera vez, porque ahora siento que soy realmente diferente, realmente esa personas nueva, que tú viste que podía llegar a ser, y a la que has ayudado a imponerse. 

He tenido miedo, me he sentido tan poco y tan lejos de ti. He sentido que no era nada para ti, que daba igual que estuviera o no. Aquí y ahora entiendo que no se trata de lo que yo sea o deje de ser para ti. Se trata de lo que tú eres para mí. Eres el centro de mi existencia. Y aquí estoy para ti, porque es lo que quiero, es lo que elijo, es lo que decido.

Me arrodillo frente a ti, bajo mi mirada, y tiendo mi mano hacia ti, con el deseo de que quieras volver a cogerla para seguir enseñándome y guiándome en este camino que espero podamos seguir recorriendo juntos.

Soy tu esclava mi Amo. Tú decides qué, decides cómo, y decides cuándo. Tendré el espacio que tú quieras darme. Aquí estoy y te espero. 

Hasta pronto, mi Dueño.

Tu Shakti

martes, 12 de enero de 2016

Un año, toda una vida

Hoy hace un año, con sus 365 días que entraste en mi vida, mi Amo. Qué poco tiempo, pero a la vez  tanto, que vale por toda una vida. Si pensamos fríamente un año no supone mucho, pero cuando miro hacia atrás, cuando recuerdo nuestras primeras conversaciones, cuando me acerco a los primeros post que Shakti escribió, siento una mezcla de ternura, de orgullo, de nostalgia… pero sobre todo, mi Amo, de plenitud.

Puede que haya quien crea que cambiar es imposible, que no se puede hacer que una persona sea totalmente diferente, piense de otra manera, y sobre todo que pase de la muerte a la vida. Mi amo el 12 de enero de 2015, te encontraste con una mujer que estaba en un estado catatónico. Que se había abandonado y que le daba igual vivir, o morir. Una mujer que había perdido la pasión por la vida –si es que alguna vez la tuvo realmente-que no creía en nada, ni en nadie. Que se sentía un ser insignificante, que era incapaz de mirarse a un espejo. Una mujer que odiaba su cuerpo, que se odiaba así misma por sentirse cobarde, por sentirse poco, por no ser capaz de salir… Esa era yo mi Amo.

Un año después, hoy, soy Shakti. Shakti es fuerte, ha recuperado las ganas de vivir, siente pasión por las cosas. Ha cambiado su cuerpo, ha empezado a cuidarse, a quererse, a mimarse. Ha perdido todo el pudor por su cuerpo, por disfrutarlo. Ha roto barreras, ha derrumbado muros, y se ha enfrentado a sus miedos y a sus tabúes. 

Por supuesto que esto es un camino que no ha hecho nada más que empezar, y además avanzar cada día es más difícil, porque el nivel de exigencia, evidentemente a cada paso, en cada nivel tiene que ser superior. Te lo he dicho muchas veces y te lo repito ahora. No he llegado a ningún sitio, sino que es justo ahora cuando siento que estoy realmente preparada para seguir en este camino, que tú mi Amo, me estás mostrando. Sé que depende de mí, y de cumplir con mis obligaciones, y sabes que no dejo de intentarlo, ni de lucharlo. Me caigo y me levanto. Me equivoco, pido perdón, e intento aprender de mi error y poder seguir hacia delante. No tiene mérito alguno mi Amo, porque es lo que me estás enseñando y es lo que estoy viviendo día a día.

No quiero engañar a nadie, ni engañarme yo, ni nada de nada, porque además porque todo lo he ido escribiendo, y contando en esta pequeña ventanita desde la que Shakti se comunica con el mundo. No ha sido fácil, ha sido muy, muy difícil. Rectifico mi Amo, está siendo, porque esto es un proceso, esto es un continuo, y todavía no soy nadie, todavía no he conseguido nada

Cuando te acercas al BDSM y lees historias excitantes, aventuras apasionantes… se habla de dolor que sólo provoca placer, se habla de sexo sin ninguna limitación, se habla de disfrutar, de todo lo bueno… pero es cierto que nada es fácil, o al menos para mí no lo ha sido. Yo he vivido momentos de dolor, de agobio, de no poder, de no saber, de sentirme impotente e incapaz. Pero también he vivido momentos de plenitud absoluta, de sentirme más viva que nunca. Y sobre todo mi Amo, he aprendido mucho. 

He aprendido de mí misma, he aprendido de emociones, de sensaciones, de cambios, del ser humanohe aprendido mucho y mi Amo, todo ha sido gracias a ti. Nadie mejor que tú sabes de qué hablo, sólo tú, ni siquiera los más allegados de mi vida son conscientes de que estaba viva porque lo estaba, no porque hiciera nada para ello. Sabes cómo era mi situación en todos los sentidos… y ahora, aunque aún hay mucho por hacer, tengo mucho que cambiar, y muchísimo que aprender, al menos quiero vivir, y sobre todo, mi Amo, quiero seguir aprendiendo de tu mano.

Hay una fecha emblemática que está próxima a llegar, y que puede que determine mucho de lo que pueda ser mi futuro, mi Amo, pero aquí y ahora me vas a permitir que te diga GRACIAS, mi Amo.  Y además también quiero decirte a ti, y gritarle al mundo de que pase lo que pase, no me arrepiento de nada, ni de un minuto vivido como tu sierva. El día que me dijiste que me aceptabas como esclava y me pediste que me pusiera mi collar, siempre será para mí uno de los más importantes y de los más felices de mi vida. Pocas veces me he sentido más plena, más llena, más feliz, más yo. Cuando el pasado 12 de enero, me dijiste "yo soy el hombre de tu vida" jamás pude pensar que fuera en serio lo que dijeras. Gracias por la paciencia que has tenido, por haber sido mi Maestro, mi guía, mi faro. 

Mi Amo, te irás o no, me dejarás o no, pero nunca dejaré de ser tu esclava, y siempre agradeceré que me hicieras el increíble regalo de una vida. No se puede dar más, no se puede recibir más.


Siempre tuya Shakti.

sábado, 2 de enero de 2016

Derribando muros

¿Cómo explicar la felicidad absoluta que se siente cuando tu Amo te dice: bien, así me gusta, eres mi zorra, o buena perra? Porque no son insultos, son los halagos mayores que te puede hacer. 

No hay palabras, o yo no las desconozco. Poco a poco en mi interior se ha desarrollado un algo que no sabía que existía. Ha ido creciendo, apoderándose de mi ser y a la vez completando el sentido de mi existencia. Ahora creo que realmente he alcanzado a aprehender el auténtico sentido de la sumisión. De la entrega absoluta, sin reparo ninguno, sin miedo a nada. En el momento en el que me he visto sintiendo, haciendo y entendiendo acciones que creía absolutamente imposibles, en mi interior se ha encendido una luz que hasta ahora estaba apagada. 

Cuando miro hacia atrás y analizo mi búsqueda existencial de un algo que me hiciera sentirme completa, ¿sería esto lo que anidaba en lo más íntimo de mi existencia sin que yo lo supiera?

He descubierto que no puedo ser una esclava perfecta, porque sería irreal, pero no dejo de buscar en mi interior, para encontrar la manera de ser la mejor esclava posible para mi Amo. Esa búsqueda me he dado cuenta de que es lo que le da sentido real a mi vida. A lo que hago, a lo que siento, a lo que necesito, a lo que quiero.

Existe en mí el dolor por el error, por no alcanzar a cumplir las expectativas de mi Amo, pero no cejo en el empeño de ser mejor cada día para él. El miedo a su abandono puede hacer que en vez de avanzar, lo único que consiga sea retroceder, y que cometa errores. Por eso a partir de ahora, de verdad, sólo quiero mirar hacia adelante. No preguntar, no dudar, no cuestionar, sólo obedecer, porque así es como soy feliz.

La montaña rusa de mis emociones está desbocada, porque si bien ayer me veía totalmente desahuciada, hoy vuelvo a sentir ese hilo de esperanza que hay tras hacer las cosas bien hechas. Dando a mi Amo, lo que quiere, dejando a un lado mis tabúes, mis miedos y creciendo para él, asumiendo riesgos, rompiendo reglas, siendo valiente por encima de todo, porque sólo así estaré a la altura y seré digna esclava para mi Amo.

Hoy siento vértigo, porque en mi interior tengo la sensación de dar un triple salto mortal. Asumo el riesgo, acepto la consecuencias, porque sé que me llevará a dónde quiero estar. Al mejor sitio del mundo, a poder seguir a los pies de mi Amo, a que su mano siga tendida para mí. A poder seguir creciendo, aprendiendo, con el faro que ilumina mi existencia, que guía mi camino, y que me ayuda para que no naufrague en el acantilado del conformismo, o en el del miedo, o en el del ego... o en cualquier otro que me aleje de este camino que comencé de Su mano y que sólo podré seguir con la acción, guiada por la humildad y la valentía.

Amo, aquí estoy, dispuesta a todo por ti, para ti. Sueño con volver a tener tu confianza, con poder seguir disfrutando, con que quieras volver a usar mi cuerpo, a disfrutarlo, porque es tuyo.

Shakti se presenta una vez más, desnudando su alma ante su Dueño, y ofreciéndole todo lo que es. No guardo ni un sólo doblez mi Amo, ni una pequeña duda. Obedecerte es en sí mismo el acierto, independientemente de qué sea lo que quieras. 

Gracias mi Amo, por sacar todo esto de mí, aunque haya habido algunos miedos y algunas cosas que hayan tardado más en salir, mi Amo. A veces los miedos y los prejuicios de toda una vida construyen muros difíciles de derribar. Tú me has dado las herramientas y ahora estoy dispuesta para derribar esa pared que me impide avanzar, que no me deja crecer. Ya no más miedos, ya no más vendas. Gracias por tu paciencia, mi Amo.

Siempre tuya, tu Shakti