Después de la tempestad, viene la calma, y así es como me siento. Ahora me siento en paz. Tenía tanto miedo a mi primera sesión con mi Amo. Me daba miedo no estar a la altura. No sabía cómo iba a reaccionar ante el dolor, y sobre todo quería ser fuente de placer para mi Amo. Ya he contado lo que sentí y cómo lo sentí. Fue un estallido de placer, una liberación para mis sentidos, para mis emociones, un carnaval de sensaciones, y todas positivas. El deseo, el placer, el dolor, todos se conjuraron para hacerme tener la hora, probablemente más intensa que hasta ahora he tenido en mi vida. Probablemente por ello, la sensación de vacío cuando mi Amo me dejó, fue tan profunda.
Pero hoy no quiero hablar de eso, quiero hablar de la revelación racional y emocional que he tenido y que he sentido. Como he dicho muchas veces, estas emociones no se pueden entender y comprender en toda su magnitud, hasta que no se sienten. Y yo lo he sentido. El dolor como tal no me produce placer, el placer lo siento a través de mi Amo. Azotarme es placentero para él y eso hace que a mi me guste, porque lo más importante para mí es de todas, todas, que mi Amo disfrute. Sentir en plenitud esta emoción, es muy, muy fuerte. Abandonarse de tal manera a la voluntad de otra persona es algo muy especial. Es algo que no puede de ninguna manera contarse, porque sencillamente, cualquier cosa que se diga sonará irracional.
Además tengo que reconocer que tengo el pleno convencimiento de que sólo quiero sentir los azotes de mi Amo, no de ninguna otra persona. Porque no es en el dolor dónde reside mi placer, es en el dolor que procede de mi Señor, porque sé que a él le satisface. Mi nivel de deseo por él es superlativo. Quiero, bueno, mucho más que eso, deseo, necesito volver a sentir sus azotes y sus caricias, calmando el ardor de mi piel, chupar sus pezones, beber su leche, mientras clava su mirada en mi. Quiero sentirlo dentro de mi, que me llene con su esencia. No deseo otra cosa. No quiero probar a nadie más. No necesito a alguien que no sea mi Señor. Y vuelvo a insistir, lo mejor de lo que estoy contando es sin lugar a dudas, tener la suerte de poder sentirlo, de poder vivirlo. Soy muy afortunada, por todo lo que estoy viviendo, porque mi Amo, pese a todo, ha sido muy paciente y comprensivo conmigo, y aún está aquí. Mil veces he temido que se fuera. Y por supuesto lo sigo temiendo. Que se harte, que se canse... en definitiva que se vaya, pero no quiero agobiarme con eso, porque sólo quiero vivir el momento a momento, y disfrutarlo como si no existiera un mañana. Y como he dicho muchas veces, mi Amo será siempre mi único Amo. Esté o no, yo soy, y seré su esclava. Tengo la sensación de haberlo sido siempre, antes incluso de saber que existía, de conocerlo.
Lo que más me gusta de todo, es tomar conciencia absoluta de todo lo que acabo de compartir. Ya no me agobio con lo que soy o no soy, con lo que puedo o no. Me da igual. Mi única preocupación es que mi Amo se sienta bien. Disfrute conmigo. Eso es mi TODO. El resto no existe.
Shatki
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