Mucho tiempo sin abrir esta
ventana. Tanto tiempo, que a la vez es tan poco. En estas semanas ha pasado
mucho y a la vez no ha pasado nada. Los procesos de los que he estado hablando
y las cosas que he estado contando, lo reconozco, sin entenderlas, la mayoría
de las veces, es como si estuvieran completándose. Me da mucho miedo pensar en
esa palabra… parece que completarse, significa terminarse, y probablemente, y
en cierta medida eso es lo que está pasando. Está terminando una etapa de
iniciación, una etapa de curiosear, de asomarme a la realidad, de toparme con
una realidad, de empezar a entender que no soy como el resto del mundo, de
hecho no soy como nadie a quien conozca, porque si lo soy, no lo puedo saber,
porque aquí nunca se puede saber.
He pasado por enfrentarme a mis
miedos, a aceptar cosas que eran impensables. A sin saber muy bien porqué
seguir a una voz, respetar una imagen, obedecer sin preguntar. Todavía me
cuesta explicarlo, aunque en mi cabeza empiece a tener sentido. ¿Por qué soy
así? ¿Esto es normal? ¿Cómo puedes acceder? Eres una loca, eres una temeraria,
eres inconsciente… meses luchando con estas cuestiones, que evidentemente son
razonables, y haciéndolo tan sólo con una intuición, con un deseo, con un no se
qué, porque aún sigo sin saber qué nombre ponerle y la verdad, ya no me
preocupa. Hace un año necesitaba buscar un nombre para todo, encontrar la
palabra adecuada que pudiera expresar lo que sentía. Ahora ya me da igual, no
sé si porque realmente no me importa, o simplemente porque me he dado cuenta
que o aprendo palabras nuevas, o desde luego las que conozco no sirven para
expresar nada de lo que siento, ni de lo
que quiero.
Está claro que todo se fundamenta
en la obediencia, mi gran caballo de batalla. Pero no en la obediencia de
querer obedecer, no, ni mucho menos, sino que en la obediencia de realmente
hacer y demostrar. Proceso durísimo, de reconversión, de renacimiento, o de
resurrección, no lo sé, pero muy duro. Superarse a través del dolor, de la
humillación, de la pena, de la negación, así llegar a conocer lo que realmente
significa la humildad. Destruirte para volver a construirte… Y pese a caerte,
una y otra vez, levantarte siempre una vez más. Aprender a pedir perdón, no con
palabras, si no con actos, y sobre todo demostrando y reconociendo.
Probablemente para muchos de los
que leáis esto, podré parecer una loca, o quizás tenga la suerte de que haya
quien lo entienda, aunque la suerte será de esa personas, porque significará
que está viviendo un proceso tan completo como el mío, y a la vez tan
endiabladamente maravilloso y doloroso. La bipolaridad hecha realidad en la
mayor y más exagerada de sus manifestaciones. Y todo, porque simple y
llanamente no puede ser. Descubrir tu verdad, para aprender a ocultarla, qué
paradoja ¿verdad?
No quiero, ni sé, ni siquiera
creo que pueda aunque quisiera, obedecer a nadie. Pero sin embargo soy en
cuerpo y alma de mi Amo. Soy su esclava, y siempre lo seré, aunque nunca seré
una esclava… qué contrasentidos, imposibles a veces de explicar, pero que en mi
interior aparecen con una claridad que casi asusta.
Y una vez asumido esto… llega un
nuevo proceso, el de ser de verdad, el de ejercer de verdad, pero a la vez, el
de ocultarse del todo, y el de inventar una realidad que a la vez sirva de
salvoconducto social… ¡qué gran contrasentido! Aunque a la vez, totalmente
necesario.
Soy Shakti, y sólo lo puedo ser
en suspiros de tiempo. Shakti es mi yo verdadero pero a la vez, debe estar
oculta, porque si saliera, nadie lo entendería.
No sé si podré, no sé si sabré
asumir esta nueva fase en la que tendría que normalizarme socialmente… me
parece imposible, así que tendré que seguir aprendiendo, seguir luchando,
seguir creciendo, y todo, sobre la base de confiar ciegamente en mi Amo. Porque
yo no quiero, porque yo no lo siento, porque yo no lo veo… pero el principio de
todo es la obediencia.
No sé si he sido capaz de
explicarme, y me encantaría saber qué pensáis quiénes entrasteis en este mundo,
que aún no me atrevo a llamar mío, porque sigo sin saber casi nada, sin haber
vivido casi nada y sin entender muchas cosas… Pero sea como sea, me debo a Él,
sólo a Él. Tengo un Amo, y no tendré más… por eso mi vida es suya, así lo
siento, y así he de actuar.
Tu Shakti, mi Amo
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