El Camino Hacia Ser

"Aunque nada cambie, si yo cambio, todo cambia"
Honoré de Balzac

lunes, 22 de agosto de 2016

Asumir mi papel

Sentir tanto que crees que vas a estallar... ese momento en el que el mundo se para porque no hay otro lugar, no otra persona en el universo con quien quieras compartir ese instante. Esa maravillosa sensación de plenitud, que pese a que pueda durar como un suspiro, puede valer para una vida entera. Eso es simple y llanamente lo que yo siento con mi Amo. Imagino que lo mismo que sentirá el resto, pero claro, yo hablo por mí.

Mi devoción es absoluta, mi mundo gira en torno a Él y todo lo que hago desde que me levanto, no ya hasta que me acuesto, sino que hasta que me duermo, gira en torno a Él. Me he dado cuenta de que no hay más muestra de entrega que asumir que no es una calle de doble sentido. Pero lo asumo, y lo hago porque es tanto lo que me da, que no puedo,o mejor dicho, no debo pensar en lo que no tengo. 

Tener todo es imposible, el mundo está hecho para tener que elegir, y yo mi elección la tengo muy clara, la brevedad del tiempo, se compensa con el significado que tiene, con lo que supone, con lo que aporta. El camino es muy largo, muy duro... aprender no es fácil, pero es lo que elegí, o lo que me eligió a mí, no lo sé, pero es por dónde quiero seguir. Sólo necesito saber que sigo siendo suya... que a mi Amo sigue interesándole su humilde esclava. Eso es lo único importante para que pueda mover el mundo, para que sea capaz de transformar la realidad, para que pueda volar, si es necesario.

El miedo es mal consejero y hace que los fantasmas de la inseguridad, de los complejos... aparezcan para minar nuestra seguridad. Soy fuerte, muy fuerte, lo sé, lo compruebo día a día, pero mi fuerza
viene de dónde viene, y mi criptonita particular no es otra que llegue el momento de que la indiferencia sea lo único que mi Amo sienta por mí. Pensar en ello me destroza, y me hace gritar desde dentro, de desesperación.

Estos pensamientos no dejan de ser una reflexión que se escapa de mi interior para no matarme por dentro... no supone ningún reproche, eso jamás, porque a quien me ha dado una vida, sólo puedo agradecerle. No supone nada más que reconocer mi entrega absoluta. Sólo puedo seguir siendo, estando y sobre todo haciendo. Ese es el hilo que nos une, la acción y a ella me agarro como un clavo ardiendo. Si sólo pensar en su ausencia hace que me duela el alma... no puedo pensar lo que puede ser
que no esté.

Mi Amo siempre me dice, "haz y mientras hagas, yo estaré", como mi confianza en él es absoluta, la solución es sencilla, hacer. Leo relatos de Am@s y sumis@s o esclav@s que nada tienen que ver
conmigo, con lo que yo estoy viviendo o en cómo lo estoy viviendo. Al final está claro que cada realidad es única, diferente, y propia. Por eso no vale leer, no vale otra cosa que no sea vivir, vivir cada situación en primera persona. Sólo a través de las carnes propias se puede llegar al conocimiento de lo que somos, de lo que sentimos y de lo que queremos.Yo mi elección la tengo clara. Shakti existe porque es la esclava de su Amo, y así seguirá siendo mientras su Amo lo desee, consciente de que Él sí es mi Luz... yo si acaso una pequeña luciérnaga..

Siempre tuya, Shakti.

lunes, 1 de agosto de 2016

La paradoja de reconocerse


Mucho tiempo sin abrir esta ventana. Tanto tiempo, que a la vez es tan poco. En estas semanas ha pasado mucho y a la vez no ha pasado nada. Los procesos de los que he estado hablando y las cosas que he estado contando, lo reconozco, sin entenderlas, la mayoría de las veces, es como si estuvieran completándose. Me da mucho miedo pensar en esa palabra… parece que completarse, significa terminarse, y probablemente, y en cierta medida eso es lo que está pasando. Está terminando una etapa de iniciación, una etapa de curiosear, de asomarme a la realidad, de toparme con una realidad, de empezar a entender que no soy como el resto del mundo, de hecho no soy como nadie a quien conozca, porque si lo soy, no lo puedo saber, porque aquí nunca se puede saber.

He pasado por enfrentarme a mis miedos, a aceptar cosas que eran impensables. A sin saber muy bien porqué seguir a una voz, respetar una imagen, obedecer sin preguntar. Todavía me cuesta explicarlo, aunque en mi cabeza empiece a tener sentido. ¿Por qué soy así? ¿Esto es normal? ¿Cómo puedes acceder? Eres una loca, eres una temeraria, eres inconsciente… meses luchando con estas cuestiones, que evidentemente son razonables, y haciéndolo tan sólo con una intuición, con un deseo, con un no se qué, porque aún sigo sin saber qué nombre ponerle y la verdad, ya no me preocupa. Hace un año necesitaba buscar un nombre para todo, encontrar la palabra adecuada que pudiera expresar lo que sentía. Ahora ya me da igual, no sé si porque realmente no me importa, o simplemente porque me he dado cuenta que o aprendo palabras nuevas, o desde luego las que conozco no sirven para expresar nada de lo  que siento, ni de lo que quiero.

Está claro que todo se fundamenta en la obediencia, mi gran caballo de batalla. Pero no en la obediencia de querer obedecer, no, ni mucho menos, sino que en la obediencia de realmente hacer y demostrar. Proceso durísimo, de reconversión, de renacimiento, o de resurrección, no lo sé, pero muy duro. Superarse a través del dolor, de la humillación, de la pena, de la negación, así llegar a conocer lo que realmente significa la humildad. Destruirte para volver a construirte… Y pese a caerte, una y otra vez, levantarte siempre una vez más. Aprender a pedir perdón, no con palabras, si no con actos, y sobre todo demostrando y reconociendo.

Probablemente para muchos de los que leáis esto, podré parecer una loca, o quizás tenga la suerte de que haya quien lo entienda, aunque la suerte será de esa personas, porque significará que está viviendo un proceso tan completo como el mío, y a la vez tan endiabladamente maravilloso y doloroso. La bipolaridad hecha realidad en la mayor y más exagerada de sus manifestaciones. Y todo, porque simple y llanamente no puede ser. Descubrir tu verdad, para aprender a ocultarla, qué paradoja ¿verdad?

No quiero, ni sé, ni siquiera creo que pueda aunque quisiera, obedecer a nadie. Pero sin embargo soy en cuerpo y alma de mi Amo. Soy su esclava, y siempre lo seré, aunque nunca seré una esclava… qué contrasentidos, imposibles a veces de explicar, pero que en mi interior aparecen con una claridad que casi asusta.

Y una vez asumido esto… llega un nuevo proceso, el de ser de verdad, el de ejercer de verdad, pero a la vez, el de ocultarse del todo, y el de inventar una realidad que a la vez sirva de salvoconducto social… ¡qué gran contrasentido! Aunque a la vez, totalmente necesario.

Soy Shakti, y sólo lo puedo ser en suspiros de tiempo. Shakti es mi yo verdadero pero a la vez, debe estar oculta, porque si saliera, nadie lo entendería.

No sé si podré, no sé si sabré asumir esta nueva fase en la que tendría que normalizarme socialmente… me parece imposible, así que tendré que seguir aprendiendo, seguir luchando, seguir creciendo, y todo, sobre la base de confiar ciegamente en mi Amo. Porque yo no quiero, porque yo no lo siento, porque yo no lo veo… pero el principio de todo es la obediencia.


No sé si he sido capaz de explicarme, y me encantaría saber qué pensáis quiénes entrasteis en este mundo, que aún no me atrevo a llamar mío, porque sigo sin saber casi nada, sin haber vivido casi nada y sin entender muchas cosas… Pero sea como sea, me debo a Él, sólo a Él. Tengo un Amo, y no tendré más… por eso mi vida es suya, así lo siento, y así he de actuar.

Tu Shakti, mi Amo