Hoy justo hace nueve meses que todo empezó, y justo hoy hay un nuevo comienzo. Ya era hora de que no abriera esta ventana y hablara de dolor, de miedo, de desesperación, de necesidad... Hoy hablo de verdad de tranquilidad, hablo de ver y sentir de otra manera. Hablo de haber conseguido un nivel de clarividencia que permite ver cosas que antes no veía, que me da una nueva perspectiva. Es que mi Amo hoy ha estado conmigo. Desde mayo no lo había visto. Estos meses he ido trasladando todas mis tribulaciones, que no han sido otra cosa que los pasos que he estado dando en este camino para comprender realmente de qué se trata, para llegar a entender quién soy, y para ser consciente de lo que quiero, y todo ello sabiendo, que ni es fácil, ni es gratuito. Requiere de mucho trabajo, de mucho esfuerzo, de mucha constancia, y sobre todo de querer, de tenerlo claro, de no dejar de hacer y ante todo viendo y conociendo lo que a mi me ha pasado, de tener una voluntad férrea en querer llegar.
Mi Amo me desterró, y ojo, ahí sigo, aún no me ha vuelto a aceptar, pero hoy me ha dicho que estamos cerca. Lo cierto es que hoy todo ha sido diferente, hoy de verdad, me he sentido plena en todos los sentidos con la visita de mi Señor. Me ha trasladado confianza, me ha trasladado seguridad, y más que nunca he podido sentir con una fuerza que sería capaz de hacer frente a un tsunami que soy de su propiedad, que le pertenece lo más importante que tengo, que no es otra cosas que mi interior, que mi intelecto, que mi voluntad. Mi cuerpo también es suyo, por supuesto, y puede hacer con él lo que quiera. De hecho hoy ha jugado con él como ha querido, y ojo, que para mí ha sido increíble. Me he corrido como la perra que soy, matizo, como su perra (aunque Él aún no me haya vuelto a considerar como tal), he disfrutado pudiendo lamer sus pezones, chuparlos, abrazándolo y sintiendo como mis tetas se estrellaban con su pecho. He comido su polla y me ha encantado. Cuando lo estaba haciendo, cuando la tenía en mi boca y la chupaba y la lamía con más deseo del que he podido sentir nunca por nada, ni por nadie, no podía dejar de pensar que de verdad estaba en el único sitio del mundo y de la única manera que quería estar. Mi cuerpo, mi alma, mi mente, estaban al cien por cien allí, no había ni un átomo de mi cuerpo que no sintiera que estaba justo dónde debía estar. Esa sensación de plenitud es algo imposible de explicar, es algo que hay que sentir, y hoy me siento especialmente privilegiada porque creo que somos muy pocas personas en este mundo las que podemos llegar a sentir esto y de esta manera.
Hoy más nunca sé que soy Shakti y que siempre lo he sido, aunque no lo supiera. Toda la vida sin entenderme a mí misma, siempre sintiendo ese vacío interior, incluso en los momentos que se suponían más especiales. Yo esperaba sentir lo que he sentido hoy.
Ya no me da miedo nada, ya no me asusta nada, porque hoy cuando mi Amo ha pasado del cuero del cinturón a la hebilla, he sido consciente de que soy de su propiedad, y que puede hacer conmigo lo que quiera, y me he sentido feliz por ello, y a la vez, su forma de tratarme, de tocarme, de mirarme, de todo, me ha trasmitido esa sensación de seguridad y de confianza y de saber que soy de su propiedad y que por eso me va a cuidar, también. Probablemente quién no pertenezca a este mundo y lea esto, pensará que soy una tarada, pero yo sé que todos y todas las que estáis a un lado o a otro, en el de la Dominación o en el de la sumisión, entendéis de qué hablo.
Jamás pensé hace 9 meses cuando respondí a un mensaje, sin darle mayor importancia a lo que estaba haciendo, que realmente estaba abriendo la puerta a mi vida, a mi vida de verdad. Hasta ese momento era un vegetal que ni sentía, ni padecía, que se limitaba a quejarse del mundo, pero que no hacía nada para cambiarlo. 9 meses son un embarazo y ese ha sido mi periodo de gestación, para poder dar a luz a la persona que realmente soy, a la que realmente quiero ser, y de la que me siento orugullosa, porque ha aprendido lo que significa el trabajo, la constancia, la humildad, la paciencia, la obediencia, el respeto, el caerse mil veces y volver a levantarse, y la voluntad de conseguir lo que realmente quería. No quiero parecer arrogante, ni pedante. Esto es un proceso, en el que sigo. Pero ahora creo que sí estoy en el punto de realmente aprender y dar.
Mi siguiente prueba supone no hablar con mi Amo durante 15 días, por supuesto mantenerlo perfectamente informado de todo, como es mi obligación y su deseo. Estos días determinarán si de verdad merezco volver a ser su esclava o no. Aunque de verdad, tendría que decir que cuando lo fui, cuando me dio ese tesoro, yo no era consciente de lo que suponía, ni de lo que me estaba dando. Ahora lo soy, y ahora estoy preparada. Mi Amo decidirá si es así. Mientras, sencilla y llanamente a seguir como siempre, con mis rutinas, con mis obligaciones, con mis deberes. Siendo la esclava que mi Amo quiere.
Hoy por tanto no estoy feliz, porque feliz es una palabra que se me antoja corta, hoy me siento plena, y de verdad, siento que Shakti ha salido del útero hoy. Ahora más que nunca me presento a todos y a todas, soy Shakti, la esclava de mi Amo.
Tu Shakti, mi Señor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario