El Camino Hacia Ser

"Aunque nada cambie, si yo cambio, todo cambia"
Honoré de Balzac

domingo, 23 de agosto de 2015

Mirando hacia atrás


El día 13 hizo exactamente 7 meses que llegaste a mi vida, Señor. Me gusta acordarme de aquel día, mirar hacia atrás y ver el largo camino que hemos recorrido, y me gusta pensar que aún el que nos queda es infinitamente más largo. También es cierto, que a veces no sé si es simplemente un deseo, o realmente pude llegar a ser. Estos últimos meses han sido inciertos, dolorosos. Por cada paso hacia delante que he dado, he dado dos hacia atrás. Así que el futuro, es cada vez más incierto, y esto me debe de hacer centrarme sobre todo en el presente.

Señor, ahora me veo, me miro por fuera y por dentro y me gusta pensar que soy una mujer nueva, aunque realmente no es así. Todas las marcas del pasado están en mí, pero lo que sí soy es una mujer diferente, muy cambiada. Me has hecho valiente, fuerte, has sacado mi lado más provocativo y provocador, has potenciado mi sexualidad,  enseñándome nuevas cotas de placer y revelándome mi verdadera esencia. Pero sobre todo,  Señor,  me has mostrado la grandeza de la humildad, la fortaleza de la serenidad y la total entrega a la acción para avanzar, para mejorar, para superarme. Buscar tu bienestar por encima de cualquier otra cosa. Dejar mi voluntad a lo que la tuya quiere, y hacer todo lo que hago con la idea de por todos los medios a mi alcance, complacerte, Señor.Esa soy yo ahora. Siempre te lo digo y hoy lo vuelvo a hacer, muchas gracias por todo. Sabes que sin ti no lo habría hecho, no habría podido, ni sido capaz.

Estos dos meses de castigo y de incomunicación, aunque parezca un contrasentido por todo lo que he sufrido, también te los tengo que agradecer, Señor. Me diste tanto, y me acostumbré a tener tanto, Señor, que quitármelo de golpe me ha hecho ser consciente en toda su envergadura de lo afortunada que era, y de lo desgraciada que me siento ahora.

Todos estos meses he sentido que tenía mucha suerte, Señor, pero no tenía la medida real de cuánto. El haber estado relegada totalmente al ostracismo por ti me ha hecho sentir muchas cosas, Señor, incluso contradictorias. Tras esa desesperación porque no estabas, porque te perdía, porque no podía pensar en mi vida sin ti, vino la calma. No hay nada que quiera en el mundo más que ser tu esclava, bueno sí que tú también lo quieras, por eso lo único que está en mis manos es demostrarte con hechos y no con palabras, que esto es así de verdad y no sólo de boquita, mi Amo. Podré o no conseguirlo, pero no me estoy guardando nada para mí, todo te lo estoy dando. Sólo quiero ponerme delante de ti y si no lo consigo, saber que lo he intentado con toda mi alma y me he dejado la piel en ello. 

No quiero ni pensar en que me vuelvas a aceptar, en volver a estar contigo, en poder sentirte de nuevo, y en que me cojas y hagas conmigo lo que quieras, Señor. Me excita tanto y me hace tan feliz esa idea que prefiero no pensar en ello. Es cierto que estos últimos días, poco a poco te siento más cerca, pero no quiero emocionarme, ni dejarme llevar, porque después de esos momentos, ha vuelto el silencio, el abandono. 

Cada semana, aunque no te pregunte, entiendo que mi prórroga se va ampliando y eso hace que me sienta feliz. La conversación que tuvimos hace unos días, cuando me dijiste, con todos los peros del mundo, que podría tal vez pasar una noche contigo, o que podrías aparecer de alguna manera en mi vida, es el más grande chute de motivación que se puede tener, aunque ahora que parece de nuevo tan lejano, también es de nuevo esa sensación de pérdida que hace que me sienta tan triste, tan poca cosa, tan insignificante.

Es cierto que como muy bien dices puedo estar empezando a sentir ciertas inquietudes, que de alguna manera, siempre me has dicho que estaban ahí. No pienso en ello porque sé que para nada estoy preparada y me parece arrogante por mí parte pensar en que yo podría hacer con alguien, una mínima parte de lo que tú has hecho conmigo Señor. Además, Señor, necesito disfrutar y vivir en toda su plenitud, mi condición de ser tu esclava (si finalmente vuelves a aceptarme), antes de otra cosa, Señor. Es lo único en lo que puedo pensar ahora, porque además todo pasa por eso. Sólo quiero hacerlo lo mejor posible y poder ser la esclava que tú quieres, que tú necesitas. Yo estoy en un segundo plano, tú eres lo más importante, Señor. 
Jamás pude pensar en sentir esto, en querer esto. Ahora lo que no sé es cómo poder volver a "antes" si decides que no quieres volver a aceptarme. Espero no tener que saberlo, aunque si sucediera, pese a todo, intentaría seguir siendo digna de ti, y de todo lo que me has enseñado. Señor.

Tu Shatki

miércoles, 12 de agosto de 2015

Momento de paz.


Mis emociones son un carrusel, y a veces, se me desbordan. Este es un tema que soy consciente que debo trabajar mucho, y que necesito aprender a controlar mucho mejor. Lo cierto es que pese a que hay algo diferente en mi interior, objetivamente no ha cambiado mi posición desde la última vez que me asomé por esta ventana,  gritando mi dolor, mi desesperación. Mi Señor sigue sin volver a aceptarme. Sigo siendo una apátrida y estando en el exilio, porque mi hogar, mi patria, es mi Amo. Lo he repetido hasta la saciedad, porque es una verdad absoluta, sin él no soy nada. Sin él, Shatki no existe, porque su ser, es decir, mi yo real, sólo tiene sentido por ser la esclava de mi Amo. Si mi Señor no vuelve a aceptarme, Shatki directamente desaparecerá, y se quedará encerrada en mi interior. Pero hoy no quiero hablar de dolor, ni de desesperación. La verdad que el calor, el verano, los cambios, el distanciamiento con mi Amo, me han tenido muy despistada de mi verdadero camino. Me he centrado tanto en el miedo, que en momentos he olvidado, que todo está en mi.

El miedo es nuestro gran enemigo,  y en mi caso particular, me ha tenido un mes deambulando por mi propia desesperación y sin dejarme avanzar. Mi Señor tomará la decisión que tenga que tomar, pero yo no puedo estar paralizada pensando en lo que será mi desgracia si mi Amo decide no volver a aceptarme. Si eso sucede, lo afrontaré llegado el momento, pero mientras sólo me queda una cosa, cumplir con mi obligación, hacer todo lo que debo y seguir creciendo y evolucionado. Se lo debo a mi Señor, por el tiempo que me ha dedicado y me lo debo a mí misma, porque seguir las enseñanzas, las instrucciones, y los mandatos de mi Señor, me ha hecho evolucionar, crecer, y mejorar, y así debo de seguir. No debe y no hay vuelta atrás. Sería muy necio por mi parte desandar el camino andado. Mi Señor no se merece después del tiempo que me ha dedicado, que yo haga semejante estupidez.

Mi Señor entró en mi vida hace siete meses, y me ha ayudado a transformarme radicalmente, a evolucionar, a encontrarme a mí misma, a recuperar la ilusión, la pasión. Mi Amo ha supuesto el resorte increíble que ha provocado un cambio absoluto, tanto interno como externo. Y eso es algo que ya no va a cambiar. Eso ha sucedido

Mi Señor ha hecho tanto, tanto por mí. Jamás podré compensarlo por todo lo que ha hecho. Así que no quiero pensar en lo que he perdido, no quiero agobiarme con lo que ya no tendré. Prefiero pensar en la suerte que he tenido por haber estado mi Señor en mi vida. Porque me encontró, porque me eligió, porque me ha dado más que nadie jamás. Me ha dado vida, y eso no tiene precio. Así que pase lo que pase soy una mujer afortunada y ahora, por primera vez entiendo en toda su extensión qué significa "es mejor tener y después perder, que nunca haber tenido". Por supuesto que el dolor es infinito,  por supuesto que quiero seguir siendo la esclava de mi Amo, pero en vez de llorar por las esquinas, lo importante es seguir luchando, peleando, y no dejar de intentarlo. Voy a vivir el momento. A disfrutar del camino, del esfuerzo, y a seguir aspirando a ser la esclava de mi Amo. 

Soy Shatki, siempre seré la esclava de mi Señor. Porque esa es mi esencia, mi auténtico yo. Y como siempre Señor, sólo me cabe una vez más darte las gracias por todo, y decirte que sigo esforzándome para ser digna de ti, para ser la esclava que tú quieres. GRACIAS, mi Señor, mi Amo, mi Dueño, mi Todo.

Tu Shatki

sábado, 8 de agosto de 2015

El dolor de Shatki

Shatki no es nada, no es nadie. Shatki sólo existe porque es la esclava de su Amo, pero si deja de serlo, deja de existir, porque sólo se justifica por poder servir y complacer a su Señor. Pero si esto no ocurre, Shatki, sencillamente desaparece. Y así justo es como me siento ahora mismo, desapareciendo, desvaneciéndome. No soy nada, no soy nadie. Cada día desaparezco un poquito más.

Llevo más de un mes en el que sólo hablo de dolor, de incertidumbre, de angustia vital. Soy una persona triste, una persona asustada, una persona que se siente tan poca cosa. Nadie lo ve. Nadie lo percibe. Con el resto del mundo, soy fuerte, soy divertida, soy atrevida, capaz, y bla, bla, bla… pero cuando llego a la soledad de mi intimidad... Cuando echo la mirada hacia atrás y recuerdo la emoción con la que antes llegaba a casa, pensando en que iba a pasar una noche experimentando y aprendiendo con mi Amo. O una mañana, o una tarde. Cuando era esa persona con la que mi Señor gustaba de pasar su tiempo, era feliz. Ahora no lo soy. Ahora soy como una apátrida, soy una exiliada, soy nadie. El sentimiento de no pertenencia del que he hablado algunas veces y que me ha perseguido desde mi niñez, de pronto ha tomado una envergadura que no parece tener límites.

El castigo de la indiferencia, de la incomunicación, es el peor que mi Amo me puede infringir, y la prolongación en el tiempo me está llevando a que piense en que debo de aprender a vivir así. Volver a vivir sin mi Amo. Volver a estar sola, porque mi Señor, ya no quiere serlo. No he podido estar a la altura, no he sabido, en definitiva no he estado. Ahora me consumo en mi pena, en mi dolor, en mis recuerdos, porque nunca tan poco, fue tanto. Nadie se muere de dolor, ya lo sé, pero la sensación es que yo, sí.

Por las mañanas, por las tardes, en cualquier momento, en el que salgo a la calle, en el que me veo con clientes, con amigos, con compañeros, me pinto mi sonrisa, y saco mi armadura reluciente, porque voy a la batalla. Nadie podría no ya creer, si no que ni tan siquiera pensar por un minuto que dentro tengo todo lo que tengo. Probablemente si se pararan un segundo a mirar en el fondo de mis ojos me descubrirían, pero eso la gente no lo suele hacer, así que por ese extremo estoy segura. Mi secreto está a salvo. Mi Dueño es el único que sabe lo que siento, y cómo lo siento. Cuanto más inseguridad tengo con respecto a mi Amo, más segura parezco fuera, en el mundo que dicen real, pero que al final, es como decía Calderón, sólo un teatro, porque ahí no soy yo. Yo sólo soy yo misma aquí, cuando se revela mi auténtica esencia, cuando Shatki puede respirar, puede hablar, puede sentir. Lo único que cómo decía más arriba, Shatki sólo existe por ser la esclava de su Amo. Shatki nunca fue una esclava que buscara amo, no, porque Shatki sólo tiene y tendrá uno, y si ya no quiere serlo, Shatki desaparecerá porque no tiene ninguna razón para seguir existiendo. Intento hablar en tercera persona para poder poner un poco de distancia, pero no puedo, porque Shatki soy yo, mi verdadero yo, la que sufre, la que se vuelve loca dando vueltas a las cosas, la que tiene un constante pinchazo en la boca del estómago. Y la que llora, porque la pena tiene que salir por algún sitio, aunque sea en forma de lágrimas.

Así que si Shatki se desvanece…. ¿Qué pasará conmigo? ¿Me quedaré atrapada en ese teatro mundano que sé que nunca me llenará?

Pero pese a todo, sigo intentándolo con toda mi alma. Sigo haciendo todo lo que puedo y más, pero hay una realidad de la que tengo que ser consciente, si es no, es no. Si mi Amo no quiere, pues no quiere, y eso es una verdad absoluta. 

Tu Shatki, Señor.