Hoy me siento sola mi Amo. No es ninguna recriminación, ni mucho menos, es sólo una reflexión. Es una parte de esta vida que no sé sí elegí, pero desde luego sí que acepté. Tu presencia me llena tanto que tu ausencia, de la misma manera es absoluta.
Nunca pensé que esta sensación pudiera existir... nunca creí que mi alma pudiera tener un dueño, que pudiera entregarla a alguien sin ninguna condición. Aceptar que te pertenezco, asumirlo, sentirme feliz por ello, supone aceptar también la dureza de la ausencia y su tristeza infinita. Forma parte del escenario, por supuesto lo sé y lo acepto. Pero eso no significa que a veces no me pare y simplemente te eche de menos.
Tus manos, tu lengua, tu pecho... pero sobre todo tu voz, tu voz que me llena y me reconforta. Se mete dentro de mí y tu mirada... esa misma que me hace sentir las emociones más contradictorias del mundo. Puedo sentir como se me hiela la sangre y también como se llena mi ser de una plenitud absoluta. Soy tuya, da igual que lo quiera o no, es lo que soy.
Estás constantemente presente en mí. En lo que hago, en lo que digo, en lo que busco... busco incesantemente tu aprobación, que puedas sentir orgullo de tu obra, que quieras pasar tiempo conmigo... por momentos me da la sensación de estar consiguiéndolo, y por momentos me veo desahuciada... constantemente siento pavor por tu marcha.
Tres años después sigo teniendo cada vez que se cierra la puerta cuando te vas, pensando que puede que no haya más veces. No sé si es bueno o malo, normal o anormal... sólo sé que es lo que siento, que es lo que me sucede...
Mi Amo, aquí estoy, aquí sigo, aquí seguiré, hoy y siempre, sólo para ti... siempre por ti. Prometo una vez más seguir trabajando, seguir mejorando, seguir aprendiendo. Pero te necesito mi Amo. Muchas veces me sigo sintiendo tan perdida, y por supuesto todo el tiempo necesitándote. Sigo mi Amo, y seguiré.
Tu Shakti